La expansión del uso de implantes dentales ha puesto en manos de los profesionales de la cirugía oral una herramienta poderosa que permite resolver las pérdidas de dientes naturales con grandes resultados funcionales y estéticos. Pero ¿qué pasa cuando el problema es un diente que aún está en boca aunque no en buenas condiciones? ¿Merece la pena arreglarlo «con lo bien que van los implantes»?
Desde la aparición de la prótesis implantosoportada parece haberse extendido una corriente según la cual las endodoncias son tratamientos con un índice de fracasos elevado y por tanto no merece la pena intentarlo. Es frecuente que aparezcan en las consultas pacientes que motu proprio o aconsejados inadecuadamente por otro profesional desean la exodoncia de una pieza y su sustitución por un implante y su corona, descartando la posibilidad de tratar el diente de forma conservadora. Sigue leyendo